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Himalaya, tierra de puertos de montaña

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A unos 52 kilómetros al norte de Leh, en el extremo norte de la India, se extiende la carretera practicable para vehículos de motor más alta del mundo. Orgullosamente situada a 5.600 metros de altitud, Khardung La se abre camino zizagueando por el corazón de la escarpada y escasamente poblada Ladakh, una región del estado de Jammu, el más septentrional del subcontinente, y Cachemira

Motoristas ansiosos de aventuras y personal militar que transporta suministros al glaciar de Siachen recorren periódicamente Khardung La («La» significa «puerto de montaña» en ladakhi), y tiene un efecto cautivador en todos cuantos lo visitan. Frío, místico y hermoso, bañado en cielo azul y luz del sol, este destino es el sueño de cualquier motorista amante de la aventura. 

Cautivado por las leyendas originadas en esta región, Ankush y Yunus, ingeniero técnico de Seven Islands Harley-Davidson en Mumbai, iniciaron el viaje de su vida el 16 de junio de 2011. Con Ankush a lomos de la icónica Harley-Davidson Fat Boy y Yunus al volante de un vehículo de apoyo, recorrieron los 5.500 km desde Bombay hasta Khardung La y vuelta, pasando por Kargil, Cachemira y Jammu, en un tiempo récord de 14 días, con lo que se convirtió oficialmente en el primer socio del H.O.G. en realizar esta proeza. 

Pero, como dicen los sabios, la magia se encuentra no tanto en el destino como en el propio viaje. Ankush Bhan relata su histórico viaje por algunas de las mejores y más exigentes carreteras del país… 

«Estaba charlando con un par de amigos moteros y la conversación se centró en las interesantes historias de aventuras que se cuentan sobre Khardung La. Comenzamos a esbozar ideas y a entusiasmarnos con la idea de intentar atravesar el puerto con nuestras motos». 

«Aunque una serie de imprevistos obligaron a mis amigos a abandonar en el último minuto, yo estaba determinado a llegar hasta Khardung La. Mi vehículo para esta expedición sería mi preciada Harley-Davidson Fat Boy 2011». 

«Al comprender la ardua naturaleza del viaje que estaba planeando, acudí a Seven Islands Harley-Davidson, concesionario de la compañía en Bombay, en busca de apoyo. El concesionario mostró interés y Yunus fue el primero en unirse a la empresa de cruzar con una Harley-Davidson el puerto más alto del mundo practicable en vehículos de motor. Inmediatamente, decidió formar parte de mi equipo para facilitar el apoyo técnico que pudiera precisar durante la expedición». 

«Tras consultar con el concesionario y otros entusiastas que habían hecho este recorrido en otras motos, realicé una serie de modificaciones en la Fat Boy, añadiendo una placa de protección en los bajos y eliminando todos los accesorios que no fueran realmente imprescindibles. Aunque Yunus y yo éramos conscientes de los preparativos que precisaba un viaje así, nada podía prepararnos de verdad para lo que nos esperaba». 

«Partimos de Mumbai y, durante tres días, circulamos sin descanso por algunas de las mejores autopistas de la India. En nuestro recorrido de Maharashtra, Gujarat y Rajastán pudimos admirar las impresionantes vistas de las Ghats occidentales y el desierto de Thar, así como sufrir los monzones en la franja occidental y el intenso calor de las llanuras del Punyab y Haryana. Llegamos a Chandigarh completamente deshidratados por las elevadas temperaturas de la región y estábamos deseando que comenzase la zona de montaña, con temperaturas mucho más frescas». 

«Seguimos el curso del río Beas hasta la histórica ciudad de Mandi y recorrimos a velocidad de crucero las curvas de las grandes colinas hasta llegar al puesto de montaña de Manali. Los lugareños se mostraron extremadamente efusivos, amistosos y dispuestos a ayudarnos, y cualquier petición de indicaciones se convertía en una animada conversación. Deseaban conocer de dónde veníamos y cuál era nuestro lugar de destino, y sus ojos se abrían como platos cuando les decíamos que habíamos venido en moto desde Bombay». 

«La Fat Boy provocaba una enorme curiosidad. Una multitud se congregaba alrededor de la moto cada vez que nos deteníamos y me hacían innumerables preguntas. Harley-Davidson es una marca reciente en la escena motera india, y la Fat Boy demostró tener un enorme magnetismo». 

«Estábamos realmente fatigados, de modo que decidimos hacer noche en Manali.A toro pasado, no debería haber cedido a la tentación de abrir el acelerador, ya que aún no había tenido tiempo de aclimatarme a la menor densidad atmosférica. La mañana siguiente hacía frío y, ya descansados y sabiendo que nos esperaba un largo camino, nos pusimos en marcha a primera hora». 

«La carretera comenzó a ascender casi inmediatamente después de Manali y recorría diminutos poblados y numerosos arroyos. En todos los pueblos había un enorme ajetreo y teníamos que reducir nuestra velocidad por el tráfico y por los pastores que llevaban a pastar a sus rebaños. A medida que nos acercábamos a nuestro destino, se reforzaba mi determinación por llevar a buen término esta expedición, pero después de una corta distancia llegamos a un punto de control policial: ¡los martes estaba prohibido el paso para turistas! No nos dejamos amilanar por este pequeño obstáculo y, haciendo uso de nuestras dotes de persuasión, conseguimos un permiso especial de los policías para continuar el viaje». 

«El siguiente destino era el puerto de Rohtang que, en el idioma local significa «pila de cadáveres», en referencia a las numerosas vidas que se ha cobrado el lugar por la impredecible climatología y el mal estado de las carreteras. Ciertamente, las carreteras eran cada vez peores a medida que avanzábamos y el dolor en piernas y brazos hacía difícil controlar la Fat Boy. El agotamiento del viaje hacía difícil distinguir entre un arroyo y una carretera. Tuve que extremar la precaución y circular a muy baja velocidad: en algunos tramos solo conseguíamos recorrer 15 km en dos horas sin detenernos, pero esto no hizo mella en mi determinación por seguir avanzando». 

«En el camino nos encontramos a muchos motoristas con problemas: motos que dejaban de funcionar, discos de embrague destrozados y pinchazos en los neumáticos. Todo esto me confirmó que había tomado la decisión correcta al emprender el viaje con la Fat Boy; una moto construida para durar». 

«La etapa siguiente fue aún más lenta, ya que un reciente corrimiento de tierras nos hizo esperar seis horas mientras reparaban la carretera, pero por fin, tras una larga y peligrosa jornada, habíamos conquistado el puerto de Rohtang. El caos del tráfico y personas desapareció de nuestra mente, y poco a poco nos dimos cuenta de que habíamos llegado al punto de no retorno». 

«Nos dirigíamos a Jipsa para pasar la noche y, de camino, nos encontramos con dos suecas en bicicleta que llevaban la misma ruta. También nos encontramos un grupo de motoristas franceses, fascinados al ver una Harley a esta altitud. Tras descansar durante la noche, Yunus y yo nos centramos en la siguiente parada, Sarchu. En los siguientes 327 km no había gasolineras, por lo que llenamos el depósito de reserva del vehículo de apoyo y partimos». 

«Atravesamos hermosísimos parajes como el lago de Deepak y el puerto de Baralacha, pero nos llevó más de 10 horas recorrer los 135 km de distancia, y yo estaba comenzando a acusar los síntomas del mal agudo de montaña. Parecía que nada habría podido prepararme para las extremadas condiciones de este viaje. Por fin llegamos a Sarchu, una base militar en la frontera entre Himachal Pradesh y Jammu y Cachemira, y montamos las tiendas de campaña para pasar la noche. El nivel de oxígeno era muy bajo y la semana de incesante viaje comenzaba a pasarme factura. Por primera vez, me cuestioné mi determinación y mi buen juicio al acometer este viaje inconmensurable». 

«Afortunadamente, el siguiente día trajo consigo un nuevo soplo de energía y ánimo cuando vimos ante nosotros Leh, una pequeña ciudad rodeada de escarpadas montañas que era nuestro penúltimo destino, a solo 37 km de Khardung La». 

«Recorrimos la carretera zigzagueante del puerto de TangLang y las cerradas horquillas de los "21 Gata Loops" que te llevan a una altura de más de 4.570 metros. Los 500 km de carretera hasta Leh discurrieron sobre un terreno seco y accidentado, con pequeños riachuelos de agua de la nieve que se había acumulado en las grietas. Tuvimos que enfrentarnos al desafío que suponían algunas de las carreteras en peor estado de todas cuantas habíamos recorrido, e incluso salvar arroyos y ríos desbordados, cruzar puentes casi derruidos y ascender tramos con pendientes increíbles. A pesar de la fiebre y un dolor intenso en todo el cuerpo, no quería darme por vencido y por fin conseguí entrar en Leh a lomos de mi amada moto». 

«Pero las condiciones habían sido muy adversas y Yunus se dio cuenta de que continuar el viaje podría acarrear graves consecuencias para mi salud. Nos quedamos en Leh, Yunus solicitó asistencia médica y, tras ser examinado, el médico me aconsejó cancelar el resto del viaje y regresar a casa inmediatamente. El agotamiento no me permitía aclimatarme a la falta de oxígeno a esta altitud y corría riesgo de perder la vista a causa de los coágulos de sangre que habían comenzado a formarse en mi ojo derecho». 

«Era un revés brutal para mi sueño de llevar la Fat Boy hasta Khardung La. ¡Quién iba a pensar que después de hacer todo este recorrido lo que iba a impedirme completar el viaje sería no haberme tomado el tiempo suficiente para aclimatarme! Tras varias discusiones, negociaciones y concesiones, prevaleció la decisión sensata de regresar a casa». 

«Mi única condición fue que Yunus debería llevar la Fat Boy hasta Khardung La para conseguir que fuese la primera Harley-Davidson en cruzar el paso de montaña más alto del mundo practicable con vehículos de motor. Yunus, tan entusiasmado como yo por lograr esta proeza, aceptó inmediatamente. Después de llegar hasta Leh, era justo que mi Fat Boy completase la expedición que nos habíamos marcado. Mientras yo hacía el equipaje, un tanto abatido, pero orgulloso de que mi Fat Boy continuase el viaje, Yunus se preparaba para la última etapa de la expedición». 

«La mañana siguiente, los cielos estaban cristalinos y las condiciones meteorológicas eran perfectas para el último trecho. Durante los 38 km finales, con la meta casi en la mano, Yunus fue saludado por señales en la carretera que proclamaban: “Estás en el punto más cercano al cielo y puedes hablar con Dios”. Estimulado por estos mensajes y lleno de emoción, Yunus aceleró y recorrió rápidamente el increíble paisaje». 

«Con las emociones a flor de piel, Yunus llegó a Khardung La antes de lo que esperaba. Llevó la Fat Boy hasta el K-Top, el punto más alto de puerto de montaña, y la dejó colocada en este punto con una inmensa sensación de orgullo. Una profunda bocanada del límpido aire de la montaña en el K-Top hizo que todo el viaje cobrase sentido». 

«Llegar a Khardung La suponía mucho más que el tramo de 38 km desde Leh: era también los 5500 km desde Bombay por algunas de las carreteras más duras del mundo. Fue un viaje que tanto Yunus como yo recordaremos toda la vida». 

«Creo que viajes así van a convertirse en eventos anuales para muchos motoristas del H.O.G. ahora que hemos disipado los temores sobre la capacidad de una moto grande para abordar algunos de los tramos de carretera más adversos del mundo. Las Harley-Davidson son ideales para recorrer pausadamente todo tipo de terreno y la cultura H.O.G. que aún está comenzando a desarrollarse en la India va a crecer con fuerza con este tipo de viajes». 

«Suspensión, holgura y customización han demostrado ser los factores mecánicos más importantes que considerar antes de aventurarse en una expedición única como esta. Prepárate física y emocionalmente, y no escatimes en pilotos, retrovisores y kits de reparación de pinchazos. Prepárate para rayar la moto y para hacer frente a la fatiga y la la presión emocional: no siempre es fácil, pero hay que seguir adelante». 

«Naturalmente, estoy un poco decepcionado por no haber podido llegar hasta el K-Top, pero gracias a Yunus, mi Fat Boy consiguió lo que me había propuesto. Pero estoy seguro de que este ha sido el mejor viaje en moto que jamás he hecho y de que es solo el comienzo de otras muchas fantásticas expediciones en el futuro». 

«Y por último, pero no menos importante, quiero dar las gracias a mi familia, a Otis, Debu, Ronny y otros motoristas del H.O.G., y por supuesto, a Yunus por su apoyo y perseverancia ayudándome a cumplir mi sueño». 

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